Cuando Comer se Vuelve Doloroso: Entendiendo la Anorexia en el Adulto Mayor
julio 22, 2025¿Te preocupa ver a tu ser querido rechazar la comida?
Tal vez cada vez deja más alimento
en su plato. Quizá inventa excusas, come a escondidas o simplemente dice: “No
tengo hambre”. Mientras tanto, su cuerpo se debilita poco a poco, y tú no sabes
qué más hacer para ayudarle.
La anorexia en el adulto mayor es
un problema silencioso, pero muy común, y tristemente, muchas familias lo
ignoran o normalizan… hasta que es demasiado tarde.
¿Qué es la anorexia del adulto mayor?
A diferencia de la anorexia
nerviosa de los jóvenes, la anorexia del envejecimiento tiene causas múltiples,
tanto físicas como emocionales:
Cambios fisiológicos:
- Pérdida natural del apetito por envejecimiento.
- Alteraciones en el sentido del gusto y del olfato: la comida “ya no sabe a nada”.
- Rechazo a dietas restrictivas: “la comida sin sal no tiene sabor”.
- Dificultades prácticas:
- Problemas para comprar alimentos o prepararlos solos/as.
- Falta de movilidad para cocinar.
- Problemas de masticación o digestión:
- Pérdida de piezas dentales.
- Miedo a comer alimentos que causen diarrea, gases, estreñimiento u otras molestias.
Factores emocionales:
- Soledad.
- Depresión, tristeza, ansiedad o aflicción por la pérdida de seres queridos, roles o independencia.
- Comer solo/a: la falta de compañía puede apagar la motivación de alimentarse.
Todo esto se combina y convertir
la hora de la comida en un momento de angustia, no de nutrición.
❤️ El vínculo entre duelo, tristeza y pérdida del apetito
Cada plato lleno que se queda sin
tocar es un grito silencioso de dolor emocional.
Muchos adultos mayores no pierden
solo a sus parejas, amigos o hijos… pierden rutinas, autonomía, proyectos,
sentido de propósito.
El duelo mal acompañado se
convierte en tristeza crónica, y la tristeza crónica, en un cuerpo que se apaga
poco a poco.
Aquí la tanatología y la
orientación familiar hacen la diferencia: ayudan a resignificar la pérdida,
recuperar el sentido de la vida y, muchas veces, devolver el deseo de nutrirse.
🔍 Señales de alerta que no debes ignorar
Observa con cuidado:
✅ Pérdida de peso visible o ropa
que de pronto queda grande.
✅ Quejas sobre el sabor de la
comida.
✅ Rechazo de alimentos nuevos o
de toda la comida en general.
✅ Dificultad para masticar o
quejarse de dentaduras incómodas.
✅ Miedo a “que la comida me haga
daño”.
✅ Aislamiento a la hora de comer.
✅ Frases como “Para qué comer si
ya de todos modos…”
🌿 ¿Qué puedes hacer como cuidador?
✔️ Escucha y observa. No
minimices frases como “No tengo hambre”.
✔️ Facilita la compra y
preparación de alimentos. Organiza visitas, turnos o pedidos a domicilio.
✔️ Haz ajustes en la textura y
sabor. Pide apoyo profesional para adaptar la dieta a sus gustos y
posibilidades de masticar.
✔️ Convierte la comida en un
momento social. Comer acompañado anima y reconforta.
✔️ Consulta a especialistas.
Médicos, nutriólogos, odontólogos, gerontólogos y tanatólogos podemos identificar causas y
diseñar estrategias integrales.
✔️ Acompaña emocionalmente. La
soledad y el duelo no resuelto se trabajan con amor y guía profesional.
✨ Un acompañamiento que nutre
cuerpo, mente y corazón
En mis sesiones de tanatología,
acompaño a familias, cuidadores y adultos mayores a comprender qué hay detrás
de esa pérdida de apetito.
Juntos damos sentido a la pérdida,
reparamos vínculos, restauramos rutinas y, sobre todo, ayudamos a recuperar la
motivación para seguir alimentándose de la vida.
🌷 No están solos: este
paso puede cambiarlo todo
👉 Si hoy notas que tu ser
querido come cada vez menos, no lo dejes pasar.
Un plato vacío puede ser un alma
herida.
Te invito a agendar una consulta
presencial o en línea, para juntos encontrar la raíz y devolver calidad de
vida.
️
Alimentar el cuerpo es sanar el alma. Démosle juntos una razón para seguir
comiendo… y viviendo.
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